Estamos de boda

20140621_092917Estamos de boda y se nota en el ambiente. Volvemos al blog con retraso, pido disculpas, pero ya sabéis que andamos siempre ocupados y hemos perdido alguna que otra oportunidad de dar las gracias a todos los que habéis pasado este verano por las casas rurales Dondevilla. Especialmente les debemos una a los amigos de Navarra que nos han visitado por primera vez hace quince días. Otro día vuelvo con ellos. Hoy toca boda. Porque estamos muy contentos, algo nerviosos, aunque la novia parece tranquila (no así el fotógrafo, al que le puede la responsabilidad) y bastante ocupados con los preparativos. Las madres, cuñadas y la tía arreglando la iglesia (vaya flores más bonitas, algo sabe Mari de esto), poniendo y quitando bancos, ocupándose de todas esas cosas que hacen que todo vaya sobre ruedas. José Luis encargándose de otros recados no menos importantes, Lorenzo cosechando… y cada uno aportando lo que se puede. Porque esto es cosa de todos, es lo que tiene casarse en el pueblo.

Y luego está la ilusión. Ilusión porque venga a la boda tu familia, por descontado. Ilusión porque vengan tus amigas del alma a ponerte guapísima, a hacerte los muñequitos de la tarta o a tocarte la flauta travesera, con permiso de los nervios. Ilusión porque tus hijos quieran estar donde tú estés y tengas que pedir unas camas supletorias, en fin, mucha ilusión por tantas cosas que se nos escapan pero que es lo que queda para el recuerdo. Y las sorpresas, porque alguna habrá. Y hasta aquí puedo leer.

Antes cuando había una boda se sacaban coplas a los novios y los padrinos y se las cantaban la noche de la boda. Es una pena, porque Maximino ya no está y a los demás no nos da para tanto. Solo desearos toda la felicidad del mundo.

¡Ah!, se casan Ainhoa y Luis, por si no ha quedado claro.

Ruta a Poza de la Sal

Calle típica de Poza de la Sal. Autora: Teodora Castaño Illana, VII Concurso Fotográfico "VII Concurso Fotográfico: Ven a Burgos"

Calle típica de Poza de la Sal. Autora: Teodora Castaño Illana, VII Concurso Fotográfico «VII Concurso Fotográfico: Ven a Burgos»

Entre el Páramo y la Bureba, en su zona de transición,  existe un lugar modelado por el tiempo. Ancestral, mágico, como corresponde a un  lugar cuya génesis fue tan esforzada. La tierra se plegó, y el fuego arrastro para arriba lo más profundo. Ese podría ser el origen del diapiro, alma y esencia de lo que hoy nos muestra  Poza de la Sal. Aunque técnicamente estamos fuera de las Merindades, no estamos lejos de su zona de influencia. Las necesidades económicas interconectaban la vida, aunque los medios de comunicación no lo facilitaran. Recuerdo con alguna frecuencia, porque me lo cuenta María, mi madre, cómo hasta hace pocos años, desde los valles de Ahedo se acudía con las caballerizas  a los mercados de de Poza de la Sal. Las salinas convirtieron a Poza en un lugar estratégico del comercio en los siglos pasados. Dada la distancia entre Ahedo y Poza, unos 28 km por caminos y veredas,  para asistir a las ferias y mercados el viaje se iniciaba en Ahedo muy temprano, en torno a las dos de la mañana.

La jornada  anterior el trajín era considerable. Preparación de los aparejos, elegir los serones y alforjas en los que quepan los lechones, corderos, gallinas o  lentejas, no vaya a ser que se pierda alguno, como en la feria pasada. La distancia es tan larga que no era  posible llevar ganados mayores, como habitualmente se levaban y traían a las  ferias de Ruaredo,  Soncillo, Villarcayo o Medina. El viaje se eternizaría. Y en el ultimo momento María, la niña. Que ella también quiere ir. No quiere perderse la “fiesta”. Maldita sea, gruñe su padre. Por si fuéramos pocos.  Déjalo de mi cuenta, dice su madre, que la que viaja soy yo, me vendrá bien si necesito alguna ayuda.

El viaje es duro incluso para los animales. Son doce  horas entre ida y vuelta. La comitiva  apenas sin pegar ojo se encuentra reunida junto al cementerio desde las dos y media. Los animales se impacientan. En el último momento Pedro el Viejo ha tenido problemas para encontrar uno de los chivos escondido debajo de la salera. Por fin llega. Son las tres de la mañana. La comitiva está formada por ocho machos,  tres mulas y catorce personas, incluida la niña. La única que cabalga. Los demás a pie. Los animales ya llevan su peso. Al poco están tomando la desviación por el camino nuevo de Porquera. Esta vez tomamos la desviación a Villascusa en vez de llegar hasta Pesadas. Por Villascusa aún es de noche ciego. Solo se oye el aullido  de los perros. En Villalta empieza a amanecer y se divisa a lo lejos otra comitiva. Deben ser los de Pesadas(1), dice la madre, que nos llevan un cuarto de hora de ventaja. El páramo se hace duro(2), parece interminable y eso que hay suerte con el tiempo. Podía ser peor. La vez anterior con la niebla nos perdimos y tuvimos que fiarnos exclusivamente del instinto de los animales.  Aullan los lobos (3), son las siete y media de la mañana y la comitiva  abandona el páramo para comenzar el descenso hacia Poza. El camino se está animando. Se nos acaban de añadir los de Cernegula y Masa, no hay tiempo que perder.

Pero la niña quiere asomarse al Castillo. Le han contado que lo que desde allí se ve le gustará, adelantan su montura mientras los demás se detienen en el  segundo depósito de sal  para reordenar los aparejos. La visión la deja impresionada. El bullicio que llega desde abajo es ensordecedor. Sin perder tiempo vuelven sobre sus pasos y continúan el descenso, entran en Poza dejando a un lado la casa de Administración de las Salinas. Cogen posiciones justo detrás de la iglesia, en la plaza no hay sitio. El trajín de las calles  es impresionante. Ir y venir de gente, gruñidos de todo tipo. María no da crédito a lo que esta viendo. Llegan por todas las partes, el olor a  mercado se intensifica. La feria se presenta interesante, dice su madre. A ver si hay suerte y no hay que volverse con  los animales(4). De esa forma podremos cargar más sal para las matanzas. Seguro que sí, pues la mercancía es buena y la feria está a rebosar.   Llegan unos lugareños, parecen tratantes. A uno le dicen ojos listos, a otro saltapatrás (5).  Nos saludan efusivamente. Eduardo, un tratante de Pesadas, exclama: ¡María, ven aquí¡. Vete a la taberna que esta en la plaza y dile la tabernero que te de el mejor vino que tenga , que es para Eduardo el de Pesadas. María , que es una intrépida, no solo va a por el vino, sino que no puede aguantarse las ganas de probarlo(6), ¿qué será ese líquido? ¿cóomo sabrá? María bebe. No faltaba más. Esta eufórica con lo que está viendo. Al poco comienza a ver borroso y se deja caer encima de las albardas. Nota que le echan un sayalino encima. Su conciencia comienza a desvanecerse. Ante sus ojos  borrosos se le aparece el páramo, entre la niebla y unos lobos que se acercan a las cabalgaduras. Cuando se despierta se encuentra a lomos de la mula, camino de vuelta. Se agarra fuertemente  a dos sacos de sal que lleva a sus costados. Comienza el ascenso por el diapiro…(7)

(1)   Pesadas de Burgos. Una localidad en el camino. En la actualidad en Pesadas se puede comer decentemente, concertando previamente con Felisa.

(2)   Las condiciones de los viajes por el páramo en ocasiones se hacían muy duras. Don facundo, el maestro de Pesadas, falleció de frío al quedarse rezagada su montura en una comitiva de caballos que venia de Medina de Pomar ( los de Pesadas tenían caballos en vez de machos) muy cerca de la ermita de Santa Isabel. Cuando se enteró el resto de la comitiva ya era demasiado tarde.

(3)   Los lobos del páramo de Poza inspiran  desde pequeño el afán aventurero de Felix Rodriguez de la Fuente, ilustre lugareño de Poza de la Sal

(4)   En esta ocasión , María y su madre vendieron los siete cerdos que llevaban a 72 duros cada uno. Hagan ustedes las cuentas.

(5)   Los mercaderes de Poza, y los que no lo eran, todos tenían su mote. Estos en particular mercadearon con  muchas pieles y quesos con  los productores de Ahedo del Butrón.

(6)   María se cogió una buena borrachera con un vino hecho en Poza  de la Sal que en 1945 se le conocía con el nombre de chacolí. Saquen ustedes conclusiones sobre la actualidad del término.

(7)   Los viajeros  de hoy en día deben completar la ruta con un paseo por la Salinas y su Centro de Interpretación, antigua Casa de Administración de las salinas. Una visita a la Villa de Oña con su más que interesante Catedral y Claustro y centro de interpretación del Espacio Natural de Montes Obarenes, para luego comer en uno de sus restaurantes y por la tarde regresar, tanto en primavera como en verano u  otoño, por el Valle de Caderechas. No tiene desperdicio

Reivindicar lo nuestro. Serie Las Merindades

Pienso que es el momento adecuado para revindicar lo nuestro. Sobre todo cuando lo nuestro, me refiero a nuestro entorno y naturaleza,  son tan espectaculares como nadie que lo desconozca pudiera imaginarse. Estoy hablando del norte de la provincia de Burgos, de la Comarca de las Merindades, una zona tan bella como en parte despoblada, pero con el encanto de los lugares poco trasformados y en absoluto masificados. Pretendo hablar de naturaleza, de medio ambiente, de senderos con encanto, de profundos cañones escavados por lo ríos, de urbanismo, de orografía. También de arte, sobre todo de ermitas  románicas, de dólmenes primitivos, de curiosísimas formaciones geológicas,  de diapiros  (origen  de antiguas salinas), magníficos exponentes de un pasado esplendoroso. Pretendo hablar de todo ello porque  creo que es el momento de revindicar lo nuestro. De mostrar a los viajeros lo mucho que pueden ganar si deciden venir a visitarnos. Inicio este recorrido desde la localidad de Ahedo del Butrón, un lugar con encanto entre valles, cuestas y colinas. Desde ese punto de partida pretendo realizar publicaciones periódicas, recorrer las Merindades deteniéndome en aquellos lugares que a mi juicio requieren especial atención. Quiero invitar a  los posibles viajeros a una aventura extraordinaria. Animo a los más alejados a vencer la pereza. Las Merindades bien valen un viaje de fin de semana desde cualquier lugar de España a no más de tres horas de distancia. Para estancias más largas ni dudarlo.  Espero que os guste.

Nevadas para el recuerdo

El pueblo desde la carretera, 2015

El pueblo desde la carretera, 2015

En estos días pasados hablar del tiempo, eso que tanto nos gusta a los españoles de pueblo y no tan de pueblo, nos ha ocupado muchos ratos al calor de la lumbre. Con la tremenda nevada que hemos tenido y todas las pequeñas nevadillas que incluso a día de hoy están cayendo, a los mayores se les han venido a la memoria algunas nevadas de cuando eran jóvenes que les dejaron huella.

Ciriaco se acuerda, por ejemplo, cuando estando en Estella haciendo el servicio militar les dieron permiso y llegaron hasta Villarcayo en un camión. Era tal la cantidad de nieve que había que tuvieron que subir la Mazorra caminando y llegar hasta Ahedo por su propio pie.

María se acuerda de varias historias, algunas algo truculentas, como cuando se murió el tío Lorenzo y no pudieron venir los familiares a enterrarle o la de aquel maestro de Pesadas que murió en medio de la ventisca entre la ermita de la Virgen de la Hoz y el mismo Pesadas. Cuando los compañeros de viaje se dieron cuenta de que se había perdido y volvieron a por él ya era tarde.

También se acuerda de historias que tiene su punto de ternura, por ejemplo cuando se casó a primeros de marzo Elena, la hija mayor de Sabina,  y sus padres no pudieron ir a la boda. No quiero ni imaginarme el disgusto que tuvo que tener la pobre mujer. Recuerda con mucho cariño cómo la tía Ana, madre de Sabina, le decía a su hija para consolarla lo guapísima que estaba la novia.

Hay otras bastante divertidas, como cuando en cierta ocasión bajaban la misma María y Damián del coche correo, que se decía antes, con una nevada de un metro. Debía haber tanta nieve que la bajada debió ser muy penosa; hay que tener en cuenta que en aquellos años no había la ropa ni el calzado de ahora. Al parecer, allá por las nogalas, al pobre Damián le debió dar tal pájara que ya no podía caminar ni un paso más, así que fue la moza, por lo visto con muchas más fuerzas que él, la que dio aviso en el pueblo para que fueran a auxiliarle.

En fin, cosas de la vida.

Celebraciones y agradecimientos

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Excursión de los Zaburri por el paraje de Las Quintañillas (Zamora-Ahedo del Butrón)

Hace unos días nos quejábamos de cierta parálisis, y es cierto, cada vez hay que hacer más esfuerzos para estar en el candelero. Serán los años. Sin embargo los últimos acontecimientos, en especial  la gran nevada de los primeros días del mes de febrero, nos ha hecho  retornar al pasado desde el que tomar impulso para el nuevo año. Y si no que se lo digan a Luis Rioja, apodado «el de Toro», que liándose la manta a la cabeza ha  montado para el próximo fin de semana una celebración multitudinaria propia de una joven de veinticinco años. No parece que vaya a ser la única de este año de nieves.  En agosto tendremos ocasión de continuar con la racha. Luis, el  de Toro, es un personaje muy singular. Los que lo conocemos le sabemos bien. En todas sus facetas. Bueno, en las que conocemos. En  la artística, en Ahedo nos ha dejado  muestras  de su vena creativa de la que le estamos muy agradecidos: la diabla, el músico, el labrador, el portal y, por último, el gran abrazo, escultura a la que, puede estar seguro, buscaremos un lugar  adecuado.

Nos vemos el fin de semana.

suelo

Una pizquita del suelo de Dondevilla I

NOTA DE LA AMANUENSE:

Cuentan las crónicas que habiéndose celebrado en el Valle de Valdivielso un curso de verano sobre el románico en la provincia de Burgos, se acercaron al pueblo dos profesores de universidad de gran renombre con un alumno predilecto. Visitaron, como no podía ser de otra manera, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, y a continuación pidieron insistentemente a la que suscribe información sobre un portal empedrado que tuvieron ocasión de ver en otra ocasión y que se les quedó grabado en la memoria. Un portal de la edad media, por lo menos. Tras mucho dar vueltas hallé la respuesta: ¿no sería el portal de la Casa Rural Dondevilla I?, con gran risa «interior»por mi parte les acompañé hasta la casa !et voilá!, allí estaba. Les expliqué muy amablemente que el suelo en cuestión era obra de dos artistas de reconocido prestigio: Agustín el del Vado y Luis Rioja el de Toro y que lo habían hecho en el más crudo invierno, pasando más frío que otra cosa. Una vez dicho esto pudimos reírnos todos a gusto. Una cosa quedó clara, muy fino tuvo que ser el trabajo para quedar en el recuerdo de esa manera. Aquí queda dicho.

Por cierto, a Marijose también la queremos.

Del patrimonio etnográfico y cultural que se está destruyendo de forma irreversible

Cartel Gregorio Fernández

Cartel Gregorio Fernández

El pasado día 30 de enero, apenas un día antes del inicio de la gran nevada del año 2015, tuvimos  ocasión de compartir con David en la sede de la asociación cultural imágenes de nuestro pasado más reciente a través de unos carteles de las fiestas patronales de Ahedo del Butrón del año 1988. No cabe duda que Gregorio Fernandez sabía captar como  nadie  los valores  de del entorno que nos rodea. En este entorno más inmediato, con sus luces y sombras, digamos que todos  hemos intentado  poner  nuestro granito de arena para conservar los elementos más  singulares de nuestras raíces  a través del patrimonio que nos rodea. Al día siguiente, el 31 de enero, con la nieve pisándonos los talones, nos acercamos hasta el arroyo de Vallisnera y pudimos comprobar como uno de los elementos más característicos del mismo, el  molino, está a punto de desaparecer si nadie lo remedia. No parece que su dueño esté por la labor de rehabilitarlo. No es el único caso. Fijaros en esta otra imagen tan característica de la llegada al pueblo desde Tudanca por  el arroyo Secostana y  grabadlo en la memoria. Quizás no quede mucho tiempo para pase de nuestras retinas a nuestros recuerdos.

Arroyo Secostana

Arroyo Secostana

Molino de Vallisnera

Molino de Vallisnera

La gran nevada o como retomar el blog después de tanto tiempo

Así lucían las mesas del jardín

Así lucían las mesas del jardín de las casas rurales

Está claro que tenemos el blog un poco abandonado, cosas de la vida y del trabajo. Pero con la gran nevada que hemos tenido estos días había que hacer algo para contar lo mucho y bien que ha caído. Como en los viejos tiempos, dicen los antiguos y los que no lo son tanto. Casi un metro, a ojo de buen cubero.

La cosa apuntaba maneras durante todo el mes de enero. Casi desde Reyes no ha hecho otra cosa que nevar, «nebusquear», «caer un bislín», helar, nevar en toda regla (40 cm. la semana del 26), llover encima el 30, y finalmente, esa misma noche, y sobre todo, durante la siguiente semana, continuar con una copiosa y abundante nevada que, según cuentan, ha hecho las delicias de los autóctonos, hasta el extremo de ponerse nerviosos por no poder entrar en el pueblo hasta el sábado al mediodía, gracias a que una máquina fresadora de Espinosa quitó los neveros de Dobro y aledaños.

Ha habido cuatro privilegiados que lo han vivido desde dentro. ¡Qué suerte! y ¡qué envidia!.

Churros o carámbanos

Churros o carámbanos

En estos casos conviene dar las gracias a toda esa gente, que con mucho riesgo en ocasiones, sale a hacernos la vida más fácil a los que queremos desplazarnos.: Chuchi, Clemente… o simplemente se acercan a proporcionar los escasos servicios que aún tenemos: el pan, el pescado, etc.

Por eso tiene tanto valor lo cercano, la administración local, el que está al pie del cañón sí o sí, llámese pedanías, ayuntamientos, o el vecino de al lado que está cuando se le necesita.

Por lo demás, el espectáculo ha sido de primera, y aún sigue siéndolo porque sigue el frío y para finales de semana anuncian otra vez ligeras nevadas. Aunque el buen tiempo no puede estar lejos, porque pasaron las grullas con dirección norte, y ya se sabe: «Grullas abajo, pastor con trabajo. Grullas arriba, pastor con buena vida».

Nos vemos en el blog, o mejor, en Ahedo del Butrón.

 Al fondo, la casa rural Dondevilla II  Iglesia  el abuelo

GR85: el sendero de los sentidos

Estos días el sendero está que se sale y  no por los  senderistas, que se pueden  contar con los dedos de la mano, sino por la primavera que, aunque se ha hecho de rogar, se está haciendo dueña poco a poco del camino. Hemos tenido la suerte de comprobarlo este mismo fin de semana. Lo de Bizarrera (sendero paralelo al GR85), Becerreas para los entendidos, está salvaje. En todos los sentidos. Si no que se lo digan a los senderistas de la fotografía.Bizarrera

Dificultades aparte, que haríamos bien en solucionar, el espectáculo empieza en el  mismo entorno de Ahedo. Estos días están en plena floración los malainos y las abejas están como locas. Ya no vienen los de La Rioja para recoger el  fruto y dar colorido a sus tintes. Se necesita sol y buenas temperaturas para aprovechar el néctar. Sendero abajo las diferentes especies van tomando posiciones. El espino vero ya ha tirado la flor, pero los arces están en plena ebullición. Por arriba las hayas no les van a la zaga. También los fresnos. Por la retaguardia los quejigos amenazan con hacerse dueños del espacio. Los avellanos, que en enero  y febrero tuvieron todo el protagonismo, parecen asustados. Los cerezos están en su sitio, no quieren competencia, y al igual que  los nogales parecen estar en una burbuja climática, cruzando los dedos por si acaso. La gama de verdes es espectacular.

gallinasLlegamos al río, y en Tudanca nos reciben las gallinas, que por lo que se ve tienen sed. Buena idea. Nos acercamos a la cantina a tomar una cerveza  y de paso a charlar  un rato con José Luis en un entorno que no tiene desperdicio. No es raro que, además de las gallinas, encontremos vacas y terneros y una naturaleza en estado original.

Un lujo para los sentidos.

Empezamos año (un poco tarde) con deshielo, granizo, sol…

Este año  vamos con un poco de retraso en esto del mantenimiento del blog, se conoce que nos vamos haciendo mayores o es que no tenemos tiempo, en fin, al grano.

Primer fin de semana del año con clientes, nos han visitado gente estupenda de Palencia y han repetido en Dondevilla 1 unos amigos de Valladolid ¡Muchas gracias!. Ha habido muchos niños, señoras estupendas (según Ciriaco) y bastante ambiente en general.

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Arroyo de Visuega

El tiempo ha andado muy revuelto. El viernes tiramos casi 50 litros del pluviómetro ya que durante  la semana había caído una pequeña nevada  y  a lo largo de  la noche cayeron casi 12 litros de agua, por lo tanto, deshielo a tope a la mañana siguiente. Dimos un paseo hasta Visuega y la verdad es que era un espectáculo el rumor del agua y la inundación que había. Como sabemos esto era lo habitual en otros tiempos y gracias al agua bien canalizada molían los molinos que había a lo largo del arroyo de Vallisnera hasta el pueblo. Recuerda María cómo esperaban los hombres con los machos cargados de sacos de trigo a que les tocara el turno en la molienda. En la actualidad quedan en pie dos molinos: el de Pío y el de Mª Jesús, este último, restaurado y precioso, da la bienvenida a los visitantes a la entrada del pueblo.

Durante el sábado hizo sol, siguió lloviendo y a mediodía cayó una tremenda granizada que dejó el paisaje blanco. Tengo entendido que a algunos valientes que habían bajado de ruta a Tudanca les pilló de pleno. No pasa nada. Seguro que incluso lo disfrutaron.

Pilón de El Caño

Como podéis suponer las fuentes manan que da gusto y para ejemplo esta fotografía de El Caño que mana por los tres agujeros. Lo normal en invierno.

Cosas del tiempo aparte, que como se ve nos gustan mucho, un recordatorio, ya estamos cerca de Santa Águeda, y como ya comentábamos el año pasado, toca cenar huevos con chorizo como hacía la tía Cidad. Aquí queda dicho.

Buen año para todos y nos vemos en Ahedo del Butrón.

Feliz Navidad

2013 Navidad

El Pando iluminado antes de la tormenta 23/12/2013

¿Cómo empezar este post? seguramente por el final, como dice Ciriaco bien de mañana: «Estuvo la gente animada». Un año más las familias se reunieron anoche en Ahedo del Butrón para celebrar la Nochebuena. Quedamos a las 7 para cantar unos villancicos alrededor del Nacimiento de la Iglesia y el éxito de la convocatoria fue absoluto: la familia de Araceli, con Izaro, su última adquisición,  disfrutando muchísimo y haciendo disfrutar; los de León (alojados en Dondevilla 2), con Jesús, Pedro y demás «dándolo todo» que dirían los jóvenes (NO NOS IMAGINAMOS UNAS NAVIDADES SIN VOSOTROS); Alfredo; la familia de María y Ciriaco, en fin, que se cantaron muchos villancicos y bien cantados, incluso se cantó uno en euskera (María, Iker, Jon e Izaro). Incluso tuvimos una espectadora de excepción que vino desde Bulgaria. Majísima.

Cerró el evento la abuela María con el «A Belén camina», que ya tiene mérito, porque es un villancico muy antiguo:

«A Belén camina quisiera saber

un hombre de noche con una mujer

no la lleva hurtada, no presume más,

que antes de las doce a Belén llegar.

Iban caminando hasta que encontraron

unos pasajeros y les preguntaron

si para Belén había donde errar

antes de las doce a Belén llegar.

Si quieren iremos en su compañía

la noche está oscura, perderá la guía

y yo que la sé, no tengo donde errar

antes de las doce a Belén llegar.

San José responde estimo el favor

vamos caminando sin ningún temor

la luz del Señor, nos ha de alumbrar

antes de las doce a Belén llegar.

A Belén llegaron

y en un portalito, muy mal preparado

quedaron conformes, con allí quedar

antes de las doce a Belén llegar.

Allí nació un niño en aquel pesebre

entre paja y hierba, como Rey de Reyes

Rey de gran poder, no le faltan reyes

que le van a ver.

Hincan las rodillas

le van a adorar

antes de las doce

antes de las doce a Belén llegar.

… dice que era más largo, pero bueno, aquí queda esta joya de la lírica tradicional.

Fotografía: Alejandro (el fotográfo oficial de Ahedo)

Luego la reunión continuó en el bar, allí estaban los de la familia de Esperanza (un año más en Dondevilla 1), disfrazados con gran acierto y con ganas de celebración. Efectivamente tiene razón Ciriaco en que la gente estuvo animada, teniendo en cuenta que ayer nos vimos afectados por eso que se ha dado en llamar ciclogénesis explosiva (llovió 32 litros con gran espectáculo de viento) y aún así ahí estuvimos, eso sí, nos hemos acordado mucho de los ausentes, especialmente de esa de la que alguna ministra dice que ha salido fuera de España debido a la «movilidad exterior». En fin.

Aprovechamos para mandar un fuerte abrazo a todos los que nos acompañan a lo largo del año y en especial a los clientes y amigos de la Casa Rural Dondevilla. Esperamos seguir contado con vosotros un año más. ¡SALUD y FELIZ NAVIDAD!